¡Hora de hacer magia con la calabaza! Primero, dale un baño de calor a esta hortaliza. Pélala y corta la pulpa, ¡sin las pepitas, eh! Tienes dos maneras de cocinarla: al horno a 180º por unos 40 minutos, o nadando en agua con sal durante 35 minutos.
¡Siguiente nivel! Sofríe la cebolla. Pela y pica esa cebolla como un ninja, pon un chorrito de aceite en una cazuela y sofríela hasta que esté doradita, ¡como un oro!
Luego, lanza la calabaza asada a la fiesta, mezcla bien con la cebolla y cúbrelo todo con agua o caldo de verduras. Cocina por 2 minutos desde que hierva y quita del fuego.
¡A triturar! Bate la crema de calabaza con la batidora y salpimienta a tu gusto, ¡listo para servir en cuencos individuales!
Ahora, la parte divertida: pon nata en un biberón de cocina y dibuja un circulo. Con un palillo, arrastra la nata para crear un fantasmín adorable. ¡Listo, a disfrutar de esta delicia espeluznante!