Ahora, sumérgete en la experiencia de saborear cada cucharada de este exquisito helado de melón, y comparte la alegría de este delicioso manjar con tus seres queridos.
Coge el melón amarillo, lave bien la corteza antes de cortarlo. A continuación, corte el melón por la mitad, retire las semillas y la pulpa, pélelo y córtelo en trozos pequeños y uniformes.
Para obtener la textura cremosa y aterciopelada característica del helado, es importante congelar el melón antes de batirlo. Coloque los trozos de melón en una bandeja o plato forrado con papel de horno, procurando que no se toquen, y congélelos durante al menos 4 horas.
Cuando el melón esté congelado, páselo a la batidora o al robot de cocina. Añadir un poco de colorante curcumina, una pizca de sal y un poco de azúcar o miel para realzar el dulzor natural del melón. Bata hasta que quede suave.
Si prefiere un helado más ligero, añada leche o yogur a la batidora. Si prefiere un sorbete más cremoso, añada nata espesa.
Sirva el helado de melón inmediatamente después de batirlo, o póngalo en un recipiente y métalo en el congelador durante 3 horas para que se endurezca.
Sirve bolas de helado en tazas y decora con trozos frescos de melón amarillo para realzar los sabores. ¡Disfruta de un helado refrescante y lleno de sabor!